Las Ceramidas – de las cuales la piel posee ocho diferentes tipos – forman en la epidermis verdaderas mallas que captan moléculas de agua y las retienen, hidratando las células y los espacios intercelulares.
Esta función la cumple por su unión con distintos ácidos grasos, el más importante -el ácido linoleico- que no es producido por el cuerpo humano por lo cual hay que incorporarlo en la ingesta. Esto es esencial porque monitorea el paso de las moléculas de agua desde y hacia el estrato córneo.
Esta restauración de la barrera lipídica aumenta la bioprotección epidérmica, refuerza la cohesión intercelular y restablece el equilibrio normal de la piel, evitando la pérdida de agua transepidérmica.
La reestructuración de la matriz lipídica intercelular protege de la agresión de factores externos y permite observar una mejoría del relieve cutáneo, regularizando visiblemente la superficie del estrato córneo.
Resultados: piel densa, luminosa, flexible, rejuvenecida.
A usarla en los Tratamientos de Gabinete!
Belleza y Energía para todos
Aién Lurax